miércoles, 18 de mayo de 2016

SALTANDO FECHAS: PARTO RESPETADO PARA EL PEQUEHEROE

Cuando tienes un bebé con problemas de salud y lo sabes durante el embarazo ya, es evidente que pasas por un periodo de shock inicial: " ¿mi bebé? ¿de verdad está mal mi bebé? ¿seguro que no se equivocan? ¿cómo voy a vivir con esto? ¿qué va a ser de mi bebé y de mi familia? ¿por qué mi bebé?"... esas y muchas otras preguntas nos asaltan a casi todas las familias que esperamos un bebé con problemas de salud con cierta gravedad.
Desde ese instante comienza un proceso de duelo... la despedida de ese bebé sano que esperábamos y la aceptación del nuevo bebé que pasa a ser nuestra realidad como madres y padres. Aceptación que seguramente nos llevará antes a una negociación, la duda sobre el diagnóstico, la autoculpabilización por cualquier cosa que hayamos hecho, dicho o pensado incluso y que pueda haber causado o ayudado a causar el problema que tiene nuestro bebé (sí, de los pensamientos también nos culpamos... somos especialistas en culparnos) La búsqueda de responsables y de motivos (cómo no lo han visto antes y cómo se ha pasado por alto lo que pasaba... De quién es la culpa) que suele llevar consigo una sensación de enfado, de frustración por lo que creemos que se podría haber evitado aunque de modo lógico no hubiera podido ser así. Pero necesitamos traer lo que nos sucede, lo que le sucede a nuestro bebé al plano de lo racional. Entender por qué, buscar respuestas que a veces no llegan jamás.

Lleguen o no esas respuestas, hemos de aceptar que esa es la realidad de nuestro bebé... y ahí comienzas a integrar una serie de cosas... Te planteas las situaciones posibles y barajas tus opciones y las de tu bebé. Qué cosas puedes hacer para mejorar su estado o para evitar que empeore, de qué modo puedes cuidarle ya desde antes de nacer del mejor modo posible... Y comienzas a navegar entre el miedo y el instinto: uno que te empuja a no vincularte con tu lado m/paternal y con el bebé que está por llegar por miedo a perderle, y el otro que te dice constantemente que es tu hij@, y que lo que vivas a su lado y cómo lo vivas será lo que os regaléis mutuamente y a toda la familia.
No es un camino nada fácil... pero es que nadie dijo que la vida lo fuera, ¿verdad? Sólo que había que vivirla. Y eso es lo que intentas en tu día a día.

En ese momento de shock y de primeros momentos de aceptación, pocas veces nos paramos a pensar en el parto, en el momento de la llegada de nuestro bebé, de modo pleno. Sí, pensamos en ello en abstracto, pero difícilmente nos planteamos cuestiones concretas de ese momento. Y por eso precisamente es por lo que este fin de semana hemos decidido destapar ese momento, hablar de ello abiertamente como padres dentro de un espacio dedicado a la m/paternidad y el parto respetado gracias a Centro Saada.
Acudimos como padres del Pequehéroe y contamos con el apoyo, como siempre que difundimos la realidad de los bebés con Hernia Diafragmática Congénita y sus familias, con la Asociación La vida con HDC, quien nos envió folletos para que tod@s l@s asistentes pudieran tener información sobre la malformación de nuestros peques y nos dio todo el ánimo que se puede dar.

Porque... ¿hemos de renunciar a nuestro parto y el nacimiento de nuestro bebé por sus problemas de salud? Desde el realismo y desde la parte profesional que me ata a los partos, la respuesta es que no, en absoluto.
Es evidente que hay cosas a las que, en base a las características de la enfermedad o malformación de nuestro bebé hemos de tener muy claras. Es decir, un bebé que requiere reanimación cardiopulmonar o intubación es lógico que no pueda permanecer sobre su madre en los primeros momentos de su vida, o si ha de ser operado nada más nacer. Lógicamente, cada enfermedad o malformación de nuestros peques tiene sus características y necesidades de cara a su supervivencia y a que tenga las menores consecuencias posibles y sea atendido acorde a su estado de salud.
Pero hay muchas otras cosas que sí podemos tener en nuestras manos durante el parto para hacer de él un momento lo más nuestro posible y lo más agradable posible dentro del miedo que puede invadirnos por no saber qué vendrá después para nuestro bebé, y si saldrá adelante o no una vez llegado a este mundo tan loco y maravilloso a la vez.

Cuando planteé este tema me sorprendí mucho por el poco valor que se le daba por parte de muchas personas que incluso ya habían pasado por esta situación. Incluso producía rechazo. Como si hablar de parto respetado en el caso de los bebés con problemas de salud fuera una falta de respeto cara a los profesionales sanitarios que cada día trabajan por y para nuestros bebés en las unidades de Maternidad y Neonatología de los Hospitales. Y nada más lejos de mi intención.

Cuando tienes un bebé con problemas de salud (y más si son problemas graves que ponen en riesgo su vida de un modo claro), sientes que todo se escapa a tu control, que nada es lo que esperabas, que todo transcurre a tu alrededor sin que hayas podido elegir.
Evidentemente, no cambiarías a tu bebé por ningún otro, sino que me refiero a poder vivir el embarazo con tranquilidad e ilusión, a no tener que estar pendiente de pruebas médicas y consultas en las que pueden decirte algo "aún peor" de lo que ya tienes sobre la mesa... Me refiero a esa sensación de que todo se desmorona y realmente tú no puedes hacer nada para que no sea así.

Claro que no hemos elegido lo que nos sucede, pero podemos elegir otras cosas. La primera es cómo vivirlo. Podemos vivir cada momento de nuestro bebé dentro de la pancita como un hermoso regalo, con una parte agria, lo sé. Pero precisamente porque sabemos lo que sabemos podemos valorar más aún esos movimientos, esas patadas, esas conversaciones con ell@s en las que les contamos cosas cotidianas o les decimos cuanto les amamos, esas nanas inventadas para ell@s que no sabemos si podremos cantarles cuando nazcan pero que sí podemos dedicarles ahora... Todo eso y mucho más lo podemos vivir en el embarazo.
Y también podemos elegir cosas en nuestro parto, desde lo más sencillo hasta donde el estado de nuestro bebé y nuestros deseos puedan y quieran llegar. Porque sentir que hay algo que sí está en nuestras manos es tan importante... Lo es en un  parto con una mamá y un bebé sanos, y en este caso más aún.

No somos ejemplo de nada ni para nadie, como muchas personas que nos miran con buenos ojos nos han dicho desde que empezamos a contar nuestra historia y la del pequehéroe. Pero sí queríamos este fin de semana compartir de modo público cómo deseamos enfocar nuestro parto. La llegada de nuestro bebé.
Todo lo que estamos viviendo tratamos de hacerlo desde la armonía por nosotros y por él, porque sabemos que esa armonía y ese amor son algo que le favorece mucho en diferentes sentidos. Tanto a nivel fisiológico puro como a nivel emocional y, por tanto, así sentimos que ayudamos a nuestro peque. Es nuestra visión, nuestra decisión como personas, como pareja y como padres.

Así os contamos algunas de las cosas que hemos valorado para nuestro parto... cosas sencillas que, principalmente, suponen medidas de confort y cuestiones que me harán sentir más segura en ese momento en el que sé que los miedos pueden asomar y también los bloqueos.
- Estar acompañada en todo momento por mi pareja, desde la dilatación hasta el alumbramiento (salvo que éste llegue más tarde del necesario traslado de mi bebé a UCIN)
- Poder comer y beber cosas ligeras que yo misma llevaré (un zumo, ya que sigo vomitando el agua como en los primeros meses, o unos frutos secos sé que podrán venirme de maravilla)
- Tener libre movimiento, dentro de que pueda entender que se requiera una monitorización constante si el estado de nuestro bebé lo requiere. Pero hasta con los monitores puestos hay cierta libertad de la que deseo disponer, y no estar tumbada de forma permanente.
- Disponer de una pelota de ejercicios (yo la llevo, no hace falta que el Hospital me la facilite siquiera)
- Que nuestro bebé esté acompañado en todo momento por su padre o por mi y se nos consulte cualquier tratamiento o intervención previamente ofreciéndonos información para decidir.
- Poder disponer de sacaleches o acceso a uno hospitalario para estimular la lactancia, que si es importante para un bebé sano, más importante aún se hace en un bebé con problemas de salud.
- Acceso a la unidad UCIN 24 horas tal y como establece el Ministerio de Sanidad en el pacto firmado con las diferentes Comunidades Autónomas, así como el favorecimiento de la implicación en los cuidados cotidianos no sanitarios de nuestro bebé.
... Y más cosas os podemos contar de nuestro plan de parto, pero lo haremos más adelante, cuando lo debatamos con el personal del Hospital, que esperamos que lo reciba con la misma energía positiva y de colaboración con la que nosotros lo hemos creado.

Todo esto y algo más compartimos este fin de semana en la jornada de M/Paternidad y parto respetado... porque todos los partos deben ser respetados. Todos los nacimientos son importantes y merecen la misma escucha de sus necesidades. Todas las mujeres y parejas merecen sentir que es SU momento y el de SU bebé. Nosotros también lo merecemos, nosotros también lo deseamos... nosotros también lo necesitamos.

Por un parto respetado siempre... Para el bien de madres, padres, bebés y sociedad.


Bea, Mami de Pequeheroe

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