sábado, 24 de diciembre de 2016

QUERIDA MADRE Y FAMILIA EN UCIN

Querida familia, querida madre.

Cada día me acuerdo de ti, de vosotros. Cada día os pienso y os siento aunque no os he visto nunca y no conozco vuestros nombres... Qué más dan los nombres. De nada nos sirven en este momento. Ahora somos solo madres y padres.

Cuando entrásteis en UCIN todo se paró en vuestra vida.  Vuestros nombres se perdieron en el camino para pasar a ser la mami o el papi de ese bebé que lo es todo hoy y siempre.
Al pasar esas puertas por primera vez,  vuestro mundo se quedó tras ellas, en espera... avanzando pero sin vosotros porque ya todo vuestro ser permanece en este espacio desde el que leéis ahora mismo. Vuestra familia, quedó tras estas puertas también,  y nuevas personas que hasta ahora eran desconocidas han pasado a ser quienes están a vuestro lado en cada momento, a compartir con vosotros el día a día... o más bien el minuto a minuto. Esas personas son ahora las que ven vuestra intimidad, vuestros momentos buenos y malos, vuestras preocupaciones y esperanzas, vuestras alegrías y tristezas. Son ahora, de algún modo, parte de vuestra familia, se han convertido en gran parte de vuestro círculo social, quizás casi en la única relación social que tenéis de forma presencial física.

Al pasar esas puertas, vuestras prioridades se han cambiado por completo. Ahora se trata de estar a su lado, de crear con vuestro bebé todos los momentos familiares, bonitos, de comunicación y cariño que podáis.  Se trata de amaros, uniros y crear recuerdos,porque quizás esos momentos y emociones sean lo único que tengáis como familia.

Cuando traspasasteis esas puertas, vuestro corazón se paró,  vuestra mente empezó a esforzarse para procesar lo que os está pasando, la información que os llega, que os dan y que hasta ahora posiblemente ni habíais imaginado llegar a escuchar respecto a vuestro bebé. Quizás habéis recibido mucho que os hubiera gustado no saber jamás,  o mejor dicho no tener que saber jamás. Pero ahí estáis, frente a quienes os cuidan, aguantando cada momento, cada día,  cada revés, escuchando palabras que hasta ahora seguramente ni conocíais y que desde ahora ya serán parte de vuestro vocabulario común, al menos durante el tiempo que estéis en esa UCIN. Intentando que ni el exceso de optimismo ni la desesperanza os venzan. Tratando de permanecer en equilibrio. Tal vez tratando simplemente de manteneros en pie porque puede ser que en este momento el equilibrio os parezca un lujo que no está a vuestro alcance.

Ahí estáis, viviendo una m/paternidad para la que nadie está preparado. De la que nadie os habla habitualmente porque estas cosas no pasan. Por qué iban a pasar...
Una maternidad y paternidad en la que se mezclan tantas cosas, tantas renuncias a lo que parece que todos los padres y madres pueden tener cuando llega su bebé , tantas aceptaciones y resignaciones, tantos papeles que nunca esperabais tener que cumplir... ser madre o padre, ser enfermera, ser auxiliar, ser enlace con el exterior, ser pareja en momentos difíciles. .. dónde ha quedado ese ser de madres y padres que todo el mundo parece tener, nadie lo sabe.

Estáis ahí,  con una rutina inimaginable, con una realidad que nadie desearía para su bebé, para su maternidad. Pero ahí seguís,  a su lado. De su lado... intentando estar también del vuestro pese a los nervios, las presiones y lo difícil de todo lo que os pasa a vosotros y a vuestro bebé.  Intentando crear espacio para vuestra familia en un entorno en el que el dolor y la incertidumbre reinan casi cada día.

Tal vez tengáis un/a peque fuera,  más allá de este mundo UCIN que tanto absorve. Quizás al llegar a casa os espere para jugar y le cueste comprender por qué estáis fuera tanto tiempo, o tal vez asumirlo. Seguramente se siente perdid@ y confus@ en medio de todo lo que pasa,  de toda la incertidumbre que os rodea. Seguro os necesita como vosotros le/la necesitáis aunque os cueste sacar el tiempo, la energía y la presencia real para estar juntos.

Y todo esto mientras la vida detrás de las puertas de vuestra UCIN sigue avanzando... y ahora os lleva a la navidad. Esa época tan especial para muchos y que jamás imaginábais quizás vivir de este modo, en este espacio, con estas personas...

Seguramente esos saludos de felices fiestas o feliz navidad os suenan ajenos. Os recuerdan la normalidad del exterior... os hacen daros más cuenta de que vuestro mundo ahora es otro.

Posiblemente os hayan dicho muchas veces cosas como que ahora la medicina hace milagros, que ya veréis como en nada estáis en casa con el bebé,  que tenéis que ser optimistas siempre... y quizás os sentís mal cuando el pesimismo o la realidad os golpean. Todo eso está dicho con la mejor de las intenciones. Con el corazón cargado de buenos deseos. Pero no es eso lo que yo os voy a decir... porque sé que estando ahí,  con lo que vivís y sentís,  muy posiblemente os suenen a palabras vacías.
Porque yo he estado ahí,  no en navidad. Pero sí mientras la vida seguía en verano y todos se iban de vacaciones, hablaban de sus descansos y continuaban con sus vidas.

Querida familia, querida madre... yo os digo que no estáis solos, que muchas personas como yo os piensan, os llevan en su corazón momento a momento. Comprenden vuestros altos y bajos, que no siempre os apetece que os hablen con buenas intenciones pero sin saber la realidad, que entienden el desgaste físico y emocional de lo que vivís.
Muchas de esas personas esta navidad han convertido ese pensamiento en cartas y postales para familias en UCIN, quizás a vosotros os haya llegado una con el remite "Hoy me acordé de ti" y sepáis de lo que hablo. Una iniciativa llena de amor y buena energía pensada por un grupo de madres. Porque fuera de esas puertas muchos nos acordamos de vosotros.

Yo simplemente os mando comprensión, amor, fuerza para llevar cada día y su realidad. Energía para seguir siendo los mejores padres para vuestro bebé, porque no dudéis de que lo sois.

De una madre a otra, a vuestra familia, os mando todo mi cariño en estas fiestas que para vosotros son tan distintas a lo que son para otras personas.

Simplemente os digo, te digo: no estáis solos. Os comprendemos.

Con todo mi amor.


Bea, mamá de pequeheroe.

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